Este espacio pretende ser un blog en el que 7 personas compartirán sus experiencias personales, sus miedos e ilusiones y cualquier cosa que se les pase por la cabeza con total libertad.
La vida es complicada, ser feliz, cuidarse, tener hijos es toda una aventura. 7 experiencias anónimas para reflexionar, reír, aprender o discrepar. Nosotros os ponemos el foro, vosotros la magia de compartir vuestras inquietudes.

5 de junio de 2011

Amor embotellado

Curra - Casi 40  y buscando bebé


¿Alguna vez os habéis preguntado cual ha sido la situación más ridícula que habéis vivido? Todos tenemos en mente alguna anécdota bochornosa de nuestra adolescencia, metedura de pata en el trabajo o en casa de nuestros futuros suegros. Hasta hace muy poco eso era, más o menos, lo que me imaginaba sería la respuesta a esta pregunta... pero hoy, una nueva situación ha alcanzado los niveles más altos en el ranking de momentos absurdos de la vida de un ser humano: el indescriptible instante en el que una educadísima enfermera te entrega un botecito y te dice "segunda puerta a la derecha, lo llena y me lo entrega a la salida" 


Para cuando has conseguido parpadear, las explicaciones restantes de lo que puedes ver/usar en el señalado cubículo te pasan totalmente desapercibidas mientras te diriges hacia allí intentando no pensar demasiado. 
Afortunadamente para mi, ese momento no lo viví en primera persona, pero observé a mi paciente esposo, pasar por el. Y debo de reconocer que me admira la entereza con la que superó todo el proceso; dudo mucho de cómo me habría sentido yo en el caso de haber tenido que entrar y dar la talla de manera tan impersonal y controlada. 


Sentada mientras esperaba, me preguntaba que estarían pensando las otras parejas que estaban a mi alrededor. En cierto modo, estar allí te hacía sentir parte de una comunidad de "afectados por lo mismo". No es que fuera un gran consuelo, pero mitigaba algo el sentimiento de ser diferente que se había instalado en mi cabeza desde el segundo en que asumí mis problemas de fertilidad. 


Vaya, pues parece que no somos tan raritos al fin y al cabo.


"En unos días les llamaremos para que recojan los resultados"  -nos dijo la misma enfermera con la misma sonrisa educadísima y siguió con el siguiente de la lista. Nos dimos la mano y salimos a la calle. Antes de que andaramos diez metros nos empezamos a reir descontroladamente.... y pensé: "esto es bueno". 


Si no nos lo tomamos con humor, tal vez perdamos algo más que el tiempo con todo esto. 


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