La llegada del primero: la ducha

Carmen - Y al quinto, descansé

¡Que alegría! ¡Qué ilusión! ¿Seré una buena madre?...... ¡Socorro! ¡Que miedo!

Tranquilidad, que no cunda el pánico, tengo que ser positiva. Yo consigo todo lo que me propongo y ahora mas que nunca esto tiene que salir bien. Me he empapado de toda la información a mi alcance: revistas especializadas, libros, Internet….. y por supuesto amigas y como no: gracias Mamá, que aunque pienses que hago mas caso a todos, lo que tu me dices es muy valioso para mi porque al final yo SOY en gran medida gracias a ti.  

A los dos días del nacimiento la llegada a casa, lo tengo todo preparado, como buena primeriza. Con lo que no contaba es que de repente mis días pasan de tener 24 horas a ¿4?. No me salen las cuentas, hasta antes de su llegada yo era capaz de en un solo día: trabajar, ir al gimnasio, desayunar, comer, cenar, ir al cine,  hacer compras, ducharme….. y hasta dormir 8 horas seguidas. Ahora no voy a trabajar, no voy al gimnasio, me alimento cuando buenamente puedo, de cine nada, compras nada, ducharme a la velocidad de la luz, de dormir ni hablemos, que caos!!!!!!!! 

Voy a detenerme un momento en el momento ducha, que aunque ahora me da risa os aseguro que lo pasé realmente mal, bebé en la cuna aparentemente dormido, digo aparentemente porque estoy segura que una de las primeras cosas que ha desarrollado mi bebé es una especie de sensor que cuando detecta que necesito 2 minutos para hacer algo se acciona y hace que llore o simplemente emita un ruidito que provoca que  inmediatamente me de la vuelta y acuda a su lado. Lo cojo en brazos para calmarlo, miro su pañal (aunque acabo de cambiárselo), pienso: tiene hambre (aunque ha terminado de comer hace 10 segundos) entonces le vuelvo a dar…. Bueno cuando termine me ducho. Le vuelvo a dejar en la cuna, parece que se duerme, estoy cansada tengo sueño, me tumbo en la cama, cierro los ojos y caigo en un sueño profundo. De repente emite un ruidito, algo así como: gnnn, me despierto, me incorporo, le miro, sigue durmiendo y entonces me doy cuenta que han pasado ¡dos horas! y aún no me he duchado, pero es el momento perfecto porque está dormido. Entro en el baño y cuando pongo el primer pie en la ducha…el resorte!!!! Vuelve a llorar, voy corriendo y empiezo de nuevo…. creo que para poder ducharme necesito que alguien cuide al bebé porque pienso que mientas estoy en la ducha si llora no le voy a oir. ¿Y que? Con el tiempo he descubierto lo relajante que resulta darme una ducha, precisamente porque con el ruido del agua no puedo oir los ruiditos que emite el bebé, me he dado cuenta de que si está en la cuna no le puede pasar nada. A ver, si ni siquiera es capaz de darse la vuelta, ¿será capaz de levantarse y tirarse de cabeza al suelo? Es un pequeño detalle del que me dí cuenta al cabo de unos días.

Comienza la Operación Biquini

Laura - Operación Biquini

Viernes 13 de mayo, empiezan mis clases de Pilates.

¡Menudo día para empezar con la operación biquini!¿mi primera clase será de terror?

Pues bien ya tengo la respuesta, no, no fue de terror, la verdad que fue bastante agradable.

Cuando piensas en qué consistirá la clase de Pilates, no sabes muy bien en que se basa, crees que va a ser algo relajante, ya que cuando llegas lo primero que te dice el profe es que te tumbes en una cama, ¡lo que nos sabes es lo que esa cama esconde debajo!, pues bien os lo desvelo. Esconde unos muellecitos que el profe va cambiando dependiendo del ejercicio que realices. En todos los ejercicios lo más importante a mi parecer (bueno y al de cualquiera, ya que el profe no para de repetirlo) es que tienes que estar con el abdomen contraído(¡como cuando tus vaqueros favoritos no te cierran, y te tienes que tumbar en la cama y coges aire para cerrarlos!)  pues así, también contraer el periné y los glúteos, ¡menuda posturita! ¡pero efectiva! Ya que se te queda la tripita como una tabla de plana. Una vez que tienes esta postura empiezas con los ejercicios de piernas y los muellecillos empiezan a hacer de las suyas.

Lo que más me gusta de las clases es que se ejercita mucho las piernas y el profesor está pendiente de ti en cada momento, para que tengas las postura correcta, que realices bien la respiración en cada ejercicio, que nos se te olvide de contraer el abdomen, periné y glúteos. En definitiva que no te hagas daño, que es muy importante.

La primera clase de Pilates ha sido totalmente positiva y aunque parezca mentira no tuve ni una agujeta. Por lo que pensé ¡no estoy tan oxidada como pensaba!

Os animo a todos a que empecéis operación biquini conmigo y no tengáis que meter tripa en la playa, jajajaja.

Un besazo fuerte

LOCURA nº1 - Toma primera

Anita - Una loca por la vida

Hola Blogueros:

Aquí estoy con detalles de mi última locura.

El domingo, 8 de mayo, tuvo lugar en Dusseldorf (Alemania), la maratón, y allí estuvimos mi amado Jorge (luego os contaré cositas sobre él) y yo.

No se si habéis corrido alguna vez un maratón. Si estáis en vuestro sano juicio, seguramente no….Se trata de una carrera de 42Km y 195m, y es muy importante no olvidarse de esos últimos metros porque os aseguro que en ese momento toda distancia es un HORRORRRRRRRR. Aunque lo duro es correr la carrera en si, lo realmente tedioso y sacrificado es el entreno. Con un mínimo de antelación de 3 meses desde la fecha D, empieza el calvario: correr series, hacer tiradas largas de hora y media y dos horas, hacer intervalos, correr medias maratones y carreras de 10km, y cualquier otro deporte complementario….Vamos, que te pasas más tiempo corriendo qué viviendo!!!!! La suerte que tengo es que Jorge, mi amado esposo, comparte conmigo la mayoría de mis aficiones (bueno, a las clases de streptease no se ha apuntado) y claro, es muy agradable tener un compañero de fatigas.

Deciros, que en esto del deporte, Jorge y yo somos muy anárquicos……Me explico: no llevamos pulsómetro, ni podómetro, no hacemos dietas (bueno, si….la de la cerveza. Je, je, je!!!) y nos gusta mucho, mucho, la buena vida…..

Y vosotros os preguntaréis, ¿Es su primera maratón? Pues no, esta hubiera sido la cuarta y digo hubiera sido, porque…..tenéis que seguir leyendo.

¿Y por qué ir a Dusseldorf? Porque Pedro y Maika, nuestros amigos navarricos, se han trasladado a vivir allí y claro….Pedro es una máquina corriendo y al final, a la aventura de este maratón nos apuntamos los tres: él, Jorge y yo. La realidad es que solo queríamos una excusa para visitarles y conocer un sitio nuevo.

En eso del entreno, este año habíamos flojeado un poco, pero bueno….La aventura empezó a tomar forma, el día que nos enteramos que nuestra sobrina Carmen hacía la comunión el sábado, 7 de mayo, a las 12.00 horas; así que en vez de volar a Alemania el viernes, como teníamos previsto inicialmente, nuestros billetes especificaban la salida el sábado a las ocho de la tarde, con llegada a Dusseldorf a las diez y media de la noche, con tiempo suficiente para descansar y levantarnos al día siguiente, frescos, para la maratón…..Pero nuestra amiga, la compañía IBERIA, una vez más, nos jugó una mala pasada. No os voy a explicar todos los detalles, solo os digo, que eran las cinco de la mañana del domingo, día D, cuando entrábamos en casa de nuestros amigos Pedro y Maika. Como resultado, en vez de correr todos esos kilómetros horribles, Jorge y yo, únicamente corrimos a partir del 30, momento en el que cogimos a Pedro (que empezó desde el 1) y le escoltamos hasta la meta.

Desde Dusseldorf con Glamour

Hay un dicho sobre la maratón: “Los 30 primeros kilómetros se corren con las piernas, los 10 siguientes con la cabeza y los 2 últimos con el corazón”…, así que os podéis imaginar lo importante que es animar a alguien cuando le quedan los últimos 12.

El recorrido era espectacular, y la llegada a meta increíble….al lado del Rin. Pero lo mejor, lo mejor, vino después. Cervezas, cervezas y más cervezas (ALTBIER, es el nombre de la de Dusseldorf), salchichensssss, paseos por la ciudad bajo una temperatura absolutamente veraniega (24ºC) y sobre todo la compañía de nuestros amigos, con los que compartimos risas.

Ya os dejo, pero antes, deciros que el glamour no está reñido con el deporte y si no como prueba un botón……(por cierto, las uñas de los pies y las manos eran del mismo color que mi falda).

Altbier, el reconstituyente perfecto

¡Hasta la próxima!!

Estoy desorganizada

Curra - Casi 40 y buscando bebé

Al menos es así como mi ginecólogo ha encarado el resultado de mis análisis. Para que una mujer pueda concebir –me comenta- debe de tener dos parámetros en orden. El primero, un útero receptivo que tenga sus hormonas al nivel adecuado para que un óvulo pueda implantarse y crecer. El segundo, unos ovarios que ovulen. Yo tengo ambos parámetros correctos y estupendos… pero a destiempo! Que no se ponen de acuerdo entre ellos –me dice- Y yo, interiorizando sus explicaciones, imagino a un optimista y maduro óvulo apareciendo para terminar flotando en el desierto; o a mi útero después preparándose para la fiesta cuando el óvulo, muerto del aburrimiento, ya se ha marchado. Perpleja ante semejante noticia acierto a preguntar: ¿y esto es por la edad? A lo que me contesta: puede, pero también es el estrés. Mi vida y el estrés, esto da para varios post monográficos. En fin, la nota para la esperanza es que me confirmó que regular estos dos parámetros no era nada complicado. Un tratamiento hormonal que asegurará la ovulación de manera que sincronizáramos ambos procesos.

Hormonas; siempre he tenido un cierto respeto a la idea de alterarlas. Tal vez porque siempre he sentido que las mías no andaban muy bien. No es de extrañar que ahora me digan que son rebeldes. 
En cualquier caso, pensé que sería más prudente, antes de iniciar ningún tratamiento, el estudiar a la otra parte de la ecuación. Así que quedé con el doctor que el próximo día la analítica a estudiar sería la de mi marido.

Salí de la consulta confirmando lo que hasta ese momento me había negado a pensar: esto de ser madre no va a ser fácil.

Chandal, ¿Qué es un chandal?

Paula - El armario de Paula

Llamarme snob, pero gracias a Dios y hasta que no llegó a la guardería había conseguido que mi hijo no lo usara nunca. Siempre he pensado que es  una prenda útil para la práctica de cualquier deporte, es mas, totalmente necesaria para la mayor parte de estos. Esto no significa que al finalizar de practicar el deporte haya que continuar llevándolo, sino al contrarío, es imprescindible salvaguardar la imagen de uno y primero darse una ducha y segundo vestirse adecuadamente, aunque el destino sea volver a nuestra casa para cenar y dormir.

Como os decía mi hijo, aunque pueda parecer trasnochado,  a sus dos años y medio no ha llevado nunca chandal ni pantalones largos, algo sumamente útil ya que no hay que estar sacando y metiendo el bajo de estos a medida que van creciendo y en esta época lo hacen muy deprisa.

Cuando en la guardería me dijeron que los primeros días y mientras compraba el uniforme le llevara con chandal  me crearon un pequeño problema, por lo que me apresuré a comprar el uniforme. Este es mono y entiendo que bastante útil para la labor que ejercen las educadoras en el cole, ya que tienen que enseñarles a ir al baño solos y por lo tanto tienen que llevar una prenda cómoda para que los niños se la quiten y pongan ellos solos. Hay que tener en cuenta que como su propio nombre indica el uniforme es para que todos los niños vayan igual vestidos y no haya diferencias, pero una vez fuera de la clase creo imprescindible que se lo quitemos y empecemos a educarles para su futuro en sociedad. El modo de vestir de cada uno dice mucho de nosotros, por eso es importante inculcar a nuestros hijos desde pequeños como vestir y comportarse.

Entiendo que muchas de vosotras podéis decirme que para que los niños estén en el parque, se rebocen en la arena y destrocen la ropa, es mejor comprarles prendas de algodón con goma en la cintura. Pero yo creo que la ropa de los niños es para que la saquen partido, y por supuesto estén guapísimos.