Este espacio pretende ser un blog en el que 7 personas compartirán sus experiencias personales, sus miedos e ilusiones y cualquier cosa que se les pase por la cabeza con total libertad.
La vida es complicada, ser feliz, cuidarse, tener hijos es toda una aventura. 7 experiencias anónimas para reflexionar, reír, aprender o discrepar. Nosotros os ponemos el foro, vosotros la magia de compartir vuestras inquietudes.

16 de enero de 2012

El primer pañal de mi hija: todo un reto

Marcos - Entre faldas y a lo loco


El primer día del resto de mi vida comenzó cuando Martina nació. Tras 16 horas de parto en el hospital y 35 horas sin dormir… (porque el momento del parto no se elige, pero mi mujer ha tenido la “suerte” de empezar con las contracciones a horas tan interesantes como las 11 o 12 de la noche), por fin pude coger a mi hija en brazos. Y fue entonces cuando me di cuenta que ese era el instante en el que toda mi vida cambiaba… Era preciosa, tranquila e ¡indefensa!, ¡dependía de mi! (y muy a su pesar, ya que desde aquel día han pasado los años, sigo pensando igual…)
Subimos a la habitación hacia las 9 de la noche y, al poquito, ya estábamos solos: mi mujer (agotada la pobre después de “la batalla”), la niña (buenísima y dormidita) y yo. Y llegó mi primera gran experiencia como padre… ¡La niña llora!, ¿qué le pasará? ¿tendrá hambre?, no. A lo mejor se ha hecho caca… pensamos… (bueno piensa su madre) y ¡tachan! Pues sí…
No pasa nada cariño, ya la cambio yo… (pues los hombres de hoy participamos igual en todo… y quien no piense así no se merece ser padre) pero… ¡Increíble! Cuando quité aquel pañal me quedé sin palabras… (Seguro que retirar el chapapote de la costa gallega fue más fácil, era el meconio). Necesité unos segundos antes de empezar… (de arriba a abajo, de abajo a arriba, en cualquier dirección… tengo que comentar que hasta ese día todos los pañales que había cambiado en mi vida eran los de mis cuatro sobrinos chicos a los que la fisonomía ayuda bastante en este proceso…) Pero mi mujer, gracias a Dios, me sacó de dudas: “De delante hacia atrás…” y ¡listo! Menudo record… 20 minutos para cambiar un pañal… (ahora cuando lo pienso me río… porque los he llegado a cambiar en 30 segundos y hasta con la niña de pié).
Cuando terminé la niña sonrió… Todavía sigo pensando que se burlaba de mi inexperiencia, ¿o sería que ya notó que los momentos más graciosos y ridículos de mi vida iban a ser por mi papel de hombre entre chicas? Lo iremos descubriendo juntos…

No hay comentarios:

Publicar un comentario